Mateo Díez, nacido hace 81 años en Villablino (León), creador del territorio imaginario de Celama, repasó en su discurso su vida y dijo que desde niño "aunque suene un poco exagerado" quiso ser escritor.
"Y el libro que escuché con mayor deleite y aprovechamiento (…) fue Don Quijote de La Mancha".
"Contar la vida era mi aspiración", dijo y añadió: "La verdad es que debiera reconocer una precaria incapacidad para escribir lo que me pasa, lo que en mi existencia sucede, lo que mi biografía propone, nada me interesa menos que yo mismo".
Afirmó que sus personajes tienen "una incierta heroicidad, tan cervantina y quijotesca, en aras de una imaginación liberadora y redentora, siendo acaso héroes del fracaso".
A sus personajes, subrayó, "vivo entregado, ya que son ellos quienes me salvan a mí".
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, destacó que para el escritor la ficción "es más interesante que la vida misma" y dijo que sus historias contienen "manifestaciones de un humor que se asienta con frecuencia en lo tragicómico".
Felipe VI, que presidió junto a la reina Letizia la entrega del galardón en una ceremonia celebrada en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), definió al escritor como "un formidable creador de mundos y de territorios imaginarios".
Celama, dijo, "es metáfora del crepúsculo de las culturas rurales que profundiza, a su vez, en la misteriosa condición del ser humano".
Autor de obras como "El reino de Celama", "La fuente de la edad" y "La ruina del cielo", Mateo Díez forma parte de la Real Academia de la Lengua desde el año 2000.
Se trata del único escritor que en dos ocasiones ha recibido el Premio Nacional de Narrativa y el de la Crítica, y tiene también el Premio Nacional de las Letras.
El novelista sucede a cinco poetas que ganaron los últimos Premios Cervantes, máximo galardón de las letras en español: Rafael Cadenas, Cristina Peri Rossi, Francisco Brines, Joan Margarit e Ida Vitale.
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