En unas horas los viñedos y las colinas de Torgiano serán iluminados por las tradicionales hogueras propiciatorias de San Giorgio hechas con sarmientos, un antiguo rito que hunde sus raíces en tradiciones paganas de buen augurio para la futura cosecha.
Y es por eso que, cuando Giorgio y Maria Grazia Lungarotti, él fundador de la bodega homónima de Umbría y ella historiadora del arte y archivera, fundaron en 1974 MuVit, el museo del vino de Torgiano que hoy apaga 50 velas y acoge a más de 3.000 hallazgos desde los hititas y etruscos hasta Picasso y más allá, eligieron este mismo día.
Es la propia fundadora, que hoy tiene 96 años, pero todavía volcánica y muy activa, quien cuenta esta apasionante historia de familia y amor por el vino que continúa a través de sus hijas Teresa Severini y Chiara Lungarotti y sus nietos.
"Ha sido una fecha significativa - afirmó al inaugurar la exposición fotográfica 'Cincuenta años del Museo del Vino en Torgiano MuVit' que inicia una gran serie de actos de celebración que se sucederán a lo largo del año - para un mayor vínculo con el territorio, entre Comunidad y viticultura, sagrada y profana: la tarde de las hogueras propiciatorias encendidas entre los viñedos, cristianización de una antigua práctica pagana".
"El entonces ministro Franco María Malfatti vino a inaugurarlo y el museo cobró vida oficialmente. Hoy para mí son queridos recuerdos, pero qué atormentados, enormes años de trabajo centrados y realizados en un tema entonces insólito: el Vino y la Cultura", agregó.
En el museo definido por el New York Times como "el mejor museo del vino de Italia" por la calidad de las colecciones expuestas, se exponen más de 3.000 objetos, entre hallazgos arqueológicos, vasijas de vino de cerámica de la Edad Media, el Renacimiento, el Barroco y época contemporánea, grabados y dibujos del siglo XV al XX y otros testimonios que documentan la importancia del vino en el imaginario colectivo de los pueblos que habitaron la cuenca mediterránea y la Europa continental. Y luego grabados y muchas obras de arte hasta la última llegada, el monumental Triple Twist de Beverly Pepper.
"Un trabajo ininterrumpido de investigación, de archivo, de estudio, de comparación que ese día había llegado a su fin, pero que no se detendría. El museo ha superado barreras, se ha enfrentado a realidades nunca enfocadas, siempre acompañado de obras, imágenes, planos, equipamientos técnicos, como así como una exhibición museística lineal en ambientes evocadores, continuamente incrementada en colecciones y ampliada, siempre actualizada.
"Bajo mi dirección 'materna' ha vivido una vida cultural intensamente activa durante los últimos cincuenta años, sin disminuir el ritmo. ¡Vale la pena brindar por todo!".
Las hijas Teresa Severini y Chiara Lungarotti también bromean tiernamente sobre esto: "El museo era un poco como nuestro tercer hermano... Y por eso estamos orgullosas de celebrar este hermoso cumpleaños".
En particular, Teresa Severini, una de las primeras enólogas italianas y que apoya a su madre Maria Grazia en la dirección de la Fundación Lungarotti, promete: "No es una meta, sino un escenario: un museo que dé testimonio de una historia tan profunda. La conexión entre vino, historia, arte, mito y leyenda no puede detenerse. Un impulso válido para la difusión de la cultura de la vid y del vino y de la conciencia del consumo responsable, no es casualidad que haya sido elegido por el Ministro Lollobrigida para representar, juntos a obras maestras de otros museos importantes, la combinación de cultura del vino en la zona de Masaf en Vinitaly".
Chiara Lungarotti, agrónoma y directora general de la bodega y vicepresidenta de la Unión Italiana del Vino, también recuerda otro cumpleaños importante: "También celebramos el 60º aniversario de nuestra Rubesco Riserva Vigna Monticchio (Torgiano Rosso Riserva D.o.g.c.). Mi padre Giorgio No sólo fue un gran pionero, sino que nos transmitió la curiosidad y las ganas de experimentar siempre".
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