Vaticano

El Sumo Pontífice pide "elecciones audaces sobre el Evangelio"

Recibe a Superiores y Delegadas de las Carmelitas Descalzas.

Redazione Ansa

(ANSA) CIUDAD DEL VATICANO - "Encontrar nuevos lenguajes, nuevos caminos y nuevas herramientas" para dar más impulso a la vida contemplativa es la invitación que Francisco dirige a las carmelitas descalzas, reunidas en estos días para reflexionar y trabajar en la revisión de sus constituciones.
    A las monjas recibidas en audiencia en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, el Papa habla en español y recuerda que "la vocación contemplativa no lleva a guardar cenizas, sino a alimentar un fuego que arde de forma siempre nueva y calienta a la Iglesia y al mundo", y luego, lo que ha madurado en las Constituciones a lo largo de los años debe ser considerado como "una riqueza que debe permanecer abierta a las sugerencias del Espíritu Santo, a la perenne novedad del Evangelio, a los signos que el Señor nos da a través de la vida y de los desafíos humanos", porque "así se conserva un carisma.
    No cambia, escucha y se abre a lo que el Señor quiere en cada momento".
    Elegir la vida monástica, dijo, no significa, en efecto, refugiarse "en un íntimo consuelo espiritual o en una oración alejada de la realidad".
    Francisco recuerda la enseñanza de Santa Teresa de Ávila, que considera "la unión mística e interior con la que Dios une el alma consigo, casi sellándola con su amor" como algo que "invade y transforma toda la vida, sin separarse de sus ocupaciones cotidianas o sugerir una evasión hacia las cosas del espíritu" y cree necesario dedicar tiempo al silencio y a la oración, considerándola, sin embargo, "como fuente del apostolado y de todas aquellas tareas cotidianas que el Señor nos pide servir a la Iglesia".
    Así estructurada, "la vida contemplativa no corre el riesgo de quedar reducida a la inercia espiritual", explica el Papa, y no "se distrae de las tareas de la vida cotidiana", sino que "sigue proporcionando luz interior para el discernimiento".
    Y es necesaria luz para revisar las Constituciones, "atendiendo a los numerosos problemas concretos de los monasterios y de la vida comunitaria", esta luz es "esperanza en el Evangelio", permaneciendo enraizada en los fundadores.
    "La esperanza del Evangelio es distinta de las ilusiones basadas en cálculos humanos. Significa abandonarse a Dios, aprender a leer los signos que él nos da para discernir el futuro, saber tomar algunas decisiones audaces y arriesgadas, incluso si en el momento permanece desconocida la meta hacia la que nos conducirá. No nos fiemos sólo de las estrategias humanas, de las estrategias defensivas a la hora de reflexionar sobre un monasterio que salvar o abandonar, sobre las formas de vida comunitaria, sobre las vocaciones", afirma el Pontífice.
    Las estrategias defensivas no son más que "un regreso nostálgico al pasado", advierte Francisco, y "no funciona así, la nostalgia no funciona", en cambio, la esperanza evangélica "da la alegría de la historia vivida hasta ahora" y "nos hace capaces de mirar hacia el futuro, con las raíces que hemos recibido. Y esto se llama conservar el carisma, el entusiasmo para seguir adelante, y funciona".
    Finalmente, el Papa insta a las carmelitas a mirar hacia adelante, a mirar al futuro "con esperanza evangélica, con los pies descalzos, es decir, con la libertad del abandono en Dios", a mirar al futuro "con raíces en el pasado". (ANSA).
   

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