(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO 8 ABR - Otros párrafos salientes
del documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe en la
Declaración '"Dignitas Infinita", conocida hoy:
- "La práctica de la maternidad subrogada viola, ante todo.
De hecho, todo niño, desde el momento de la concepción, el
nacimiento y luego su crecimiento como niño o niña, hasta
convertirse en adulto, posee una dignidad intangible que se
expresa claramente, aunque de manera singular y diferenciada, en
cada fase de su vida".
- "El niño tiene, por tanto, derecho, en virtud de su
dignidad inalienable, a tener un origen plenamente humano y no
inducido artificialmente, y a recibir el don de una vida que
manifieste, al mismo tiempo, la dignidad del dador y del
destinatario".
- "Además, el reconocimiento de la dignidad de la persona
humana implica también el de la dignidad de la unión conyugal y
de la procreación humana en todas sus dimensiones. En este
sentido, el deseo legítimo de tener un hijo no puede
transformarse en un 'derecho a tener un hijo' que no respete la
dignidad del propio niño como destinatario del don gratuito de
la vida".
- "La profunda dignidad inherente al ser humano en toda su
alma y cuerpo nos permite comprender también por qué todo abuso
sexual deja profundas cicatrices en el corazón de quien lo
sufre: él, de hecho, se siente herido en su dignidad humana. Se
trata de sufrimientos que pueden durar toda la vida y que ningún
arrepentimiento puede remediar. Este fenómeno está muy extendido
en la sociedad, afecta también a la Iglesia y representa un
grave obstáculo para su misión. De ahí el compromiso que ella
nunca deja de ejercer de poner fin a todo tipo de abusos,
empezando desde dentro".
- En cuanto a la teoría del género, "sobre cuya
consistencia científica hay muchas discusiones en la comunidad
de expertos", la Iglesia recuerda que "la vida humana, en todos
sus componentes, físicos y espirituales, es un don de Dios, que
debe ser acogido con gratitud y puesta al servicio del bien:
querer disponer de sí mismo, como prescribe la teoría de género,
independientemente de esta verdad básica de la vida humana como
don, no significa más que ceder a la antigua tentación del ser
humano que se convierte en Dios. ".
- Un segundo punto es que "quiere negar la mayor diferencia
posible entre los seres vivos: la sexual", "el origen de ese
milagro que no deja de sorprendernos: la llegada de nuevos seres
al mundo".
- En este sentido, "el respeto por el propio cuerpo y el de
los demás es imprescindible ante la proliferación y
reivindicación de nuevos derechos que avanza la teoría de
género". Esta ideología "propone una sociedad sin diferencias de
sexo y vacía la base antropológica de la familia". Resulta,
pues, inaceptable que "algunas ideologías de este tipo, que
pretenden responder a determinadas aspiraciones a veces
comprensibles, intenten imponerse como un pensamiento único que
determina también la educación de los niños". Por tanto, deben
rechazarse "todos aquellos intentos que oscurecen la referencia
a la ineliminable diferencia sexual entre hombre y mujer".
- "Dignitas Infinita" también se pronuncia sobre el cambio
de sexo, explicando que "cualquier intervención de cambio de
sexo, por regla general, corre el riesgo de amenazar la dignidad
única que la persona ha recibido desde el momento de la
concepción". Esto no significa "excluir la posibilidad de que
una persona que padece anomalías genitales ya evidentes al nacer
o que se desarrollan posteriormente, pueda optar por recibir
asistencia médica para resolver tales anomalías. En este caso,
la intervención no constituiría un cambio de sexo en el sentido
aquí pretendido".
- "El paciente crítico o terminal pide a todos los esfuerzos
adecuados y necesarios para aliviar su sufrimiento mediante
cuidados paliativos adecuados y evitando cualquier furor
terapéutico o intervención desproporcionada. Pero tal esfuerzo
es "completamente diferente, distinto, incluso contrario a la
decisión de eliminar la vida propia o ajena bajo el peso del
sufrimiento".
- La vida humana, incluso en condiciones dolorosas, es
portadora de una dignidad que debe ser siempre respetada, que no
se puede perder y cuyo respeto permanece incondicional". En
efecto, no hay condiciones sin las cuales la vida humana deje de
ser digna de serlo y, por tanto, pueda ser suprimida: "la vida
tiene la misma dignidad y el mismo valor para todos: el respeto
a la vida de los demás es el mismo que se debe a la propia
existencia".
- "Ayudar al suicida a quitarse la vida es, por tanto, un
atentado objetivo contra la dignidad de quien lo pide, aunque
así se cumpla su deseo: hay que acompañar la muerte, pero no
provocar la muerte ni ayudar en ninguna forma".
- También se cita la pena de muerte como "una violación de la
dignidad inalienable de toda persona humana más allá de
cualquier circunstancia". (ANSA).
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