(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 12 FEB - "Las crecientes
capacidades de la ciencia y la tecnología llevan al ser humano a
sentirse protagonista de un acto creativo similar al divino, que
produce la imagen y semejanza de la vida humana, incluida la
capacidad de lenguaje, de la cual las 'máquinas parlantes'
parecen estar dotados", desgranó el Papa Francisco.
"Estaría entonces dentro del poder del hombre infundir
espíritu en la materia inanimada? La tentación es insidiosa",
acotó inmediatamente.
Lo afirmó al recibir esta mañana en audiencia a los
miembros de la Academia Pontificia para la Vida con motivo de la
Asamblea General que se celebra en Roma, en el Centro de
Conferencias del Augustinianum, sobre el tema "El ser humano.
Significados y desafíos".
"Por tanto, se nos pide discernir cómo ejercer de manera
responsable la creatividad del hombre confiada a sí mismo
-subrayó el Pontífice-. Se trata de invertir los talentos
recibidos, evitando que el ser humano quede desfigurado y las
diferencias constitutivas de quienes dan orden al cosmos queden
anuladas".
"La tarea principal -prosiguió- es, por tanto, a nivel
antropológico y exige desarrollar una cultura que, integrando
los recursos de la ciencia y la tecnología, sea capaz de
reconocer y promover lo humano en su especificidad irrepetible".
Según Francisco, "es necesario explorar si esta
especificidad no debería situarse incluso antes del lenguaje, en
la esfera del patetismo y de las emociones, del deseo y de la
intencionalidad, que sólo un ser humano puede reconocer,
apreciar y convertir en un sentido relacional". en favor de los
demás, asistidos por la gracia del Creador".
"Una tarea cultural, por tanto, porque la cultura moldea y
orienta las fuerzas espontáneas de la vida y las prácticas
sociales", añadió.
Y para el Papa, "en esta línea, el cristianismo ha
ofrecido siempre importantes aportaciones, tomando de cada
cultura en la que ha entrado las tradiciones de sentido que
encontraba inscritas en ellas: reinterpretándolas a la luz de la
relación con el Señor, que en se revela el Evangelio, y
valiéndose de los recursos lingüísticos y conceptuales presentes
en cada contexto".
"Un largo proceso de desarrollo que siempre es necesario
retomar, que requiere un pensamiento capaz de abarcar múltiples
generaciones: como el de quienes plantan árboles, cuyos frutos
serán comidos por sus hijos, o los que construyen catedrales,
que sus nietos lo completarán", concluyó. (ANSA).
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Sí a la ciencia, pero que no desfigure lo humano
Discernir cómo se ejerce responsablemente la creatividad humana