(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 21 FEB - Nueva embestida del papa Francisco contra la misa en latin.
A un año y medio de la publicación de la 'Traditionis Custodes', la "debatida" carta apostólica que hizo fruncir el ceño a las franjas más tradicionalistas de la iglesia, Bergoglio vuelve a reiterar aquello dicho en julio de 2021: el uso del llamado Misal Romano puede ser autorizado solo y exclusivamente por la Santa Sede, que debe ser puesta al corriente de cada eventual "dispensa" proporcionada por varios obispos.
Con un Rescriptum firmado al término de la audiencia del lunes con el cardenal Arthur Roche, prefecto del dicasterio para el Culto y la Disciplina de los Sacramentos, el pontífice volvió a recalcar lo ya dicho hace algunos meses tras la publicación del Motu Propio de 2021. Esto es el uso de las iglesias parroquiales para los grupos que celebran la misa en latín y el uso del misal antiguo para los sacerdotes ordenados después de la 'Traditionis Custodes' deben ser autorizados por la Santa Sede.
Y justamente el dicasterio que se ocupa de la liturgia y los sacramentos a evaluar eventualmente las propuestas individuales de los obispos acerca de la utilización del misal, tan querido por los tradicionalistas y promulgado en 1962 por Juan XXIII antes del Concilio Vaticano II.
"En el caso de que un obispo diocesano concediese dispensas en los casos antes mencionados -escribe Francisco- está obligado a informar al Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos que evaluará los casos individualmente".
El documento arribado hoy inevitablemente revitalizó la polémica que tiene a algunos grupos más tradicionalistas a acusar al papa Francisco de conducir una batalla considerada "injusta" contra la antigua liturgia. Blogs y sitios especializados se unen contra la decisión de Bergoglio, acusado de "ejercitar en un modo despótico" la autoridad papal.
"Francisco -se lee en 'Silere non possum', blog especializado en crónica vaticana- continúa su batalla ideológica contra todos aquellos que tienen una sensibilidad diferente a la suya".
La cuestión de la misa en latín tomó actualidad también recientemente en ocasión de la muerte del papa emérito Benedicto XVI, que en su liturgia tradicional había abierto los enlaces en 2007. En una entrevista al Tagespost, su secretario personal, monseñor Georg Gaenswein, reveló que las decisiones de Bergoglio "rompieron el corazón" de Ratzinger.
"Aquello fue un punto de inflexión -dijo en TV-. Creo que el papa Benedicto leyó este Motu Propio con dolor en el corazón".