(ANSA) - ROMA, 28 APR - El tiempo se acaba: las tropas de
Vladimir Putin continúan avanzando en el frente este de Ucrania
y bombardean el país en lo que parecen ser preparativos para una
nueva ofensiva de verano. Kiev advierte de que "la situación
empeoró" y no puede hacer más que esperar la llegada de la ayuda
estadounidense para frenar el avance ruso o, mejor aún,
repelerlo.
"El terrorismo ruso solo es posible porque tenemos menos
armas y soluciones para proteger la vida de las que Rusia tiene
capacidad de destruir", resumió el presidente Volodymyr
Zelensky.
"Todo el mundo sabe lo efectivos que son los Petriot y otros
sistemas modernos de defensa aérea. Los necesitamos aquí en
Ucrania. Cuanto menos logre el Kremlin con el terror, más
interesado estará en encontrar la paz. Debemos obligar a Rusia a
hacerlo juntos", reiteró.
Politico reveló que el líder ucraniano, en una reunión en
diciembre pasado con el presidente de la Cámara de
Representantes estadounidense, Mike Johnson, había subrayado que
sin la ayuda militar estadounidense los ucranianos habrían
podido resistir "hasta marzo o abril".
El tiempo corre y, mientras tanto, los rusos llevan semanas
consiguiendo victorias y avances que, aunque solo se produzcan
en un puñado de kilómetros, podrían determinar el destino del
conflicto, al menos en los próximos meses.
Por último, Moscú anunció que tomó el control del
asentamiento de Novobakhmutovka, en la autoproclamada república
de Donetsk, a unos 10 kilómetros de Avdiivka.
Es el tercer lugar que cae en pocas semanas, a lo que se
suma un nuevo avance en la región norte de Járkov, donde
continúa el diluvio de bombardeos y donde Kiev corrió a cubrirse
posicionando tanques y piezas de artillería.
En general, "la situación empeoró", admitió el jefe de las
Fuerzas Armadas, Oleksandr Syrsky: los rusos lograron "éxitos
tácticos", no relevantes, pero sí significativos.
En las últimas 24 horas, informó la Defensa ucraniana, los
rusos llevaron a cabo "32 ataques con misiles, 64 con aviones y
60 con cohetes MLRS".
Más de 110 asentamientos "en las regiones de Chernihiv,
Sumy, Jarkov, Luhansk, Donetsk, Zaporiyia -donde cada día se
producen cientos de disparos y ataques con enjambres de drones-,
Dnipropetrovsk, Jerson y Mykolaiv sufrieron fuego de
artillería".
Según fuentes de inteligencia occidentales recogidas por los
medios internacionales, la estrategia de Moscú pretende crear
las condiciones para una nueva ofensiva prevista para el verano,
pero también, quizás sobre todo, ganar posiciones ante la
llegada de miles de millones de dólares en ayuda militar
estadounidense, luego los Patriot, municiones de artillería y
sistemas anti-drones.
Por esta razón, se subrayó, los rusos podrían a corto plazo
arrebatar más territorio al este, en la zona de Avdiivka, y
aspirar a conquistar Chasiv Yar, situada más al norte.
"El pánico crece entre los ucranianos en el frente",
especialmente en el Donbass, dijo provocativamente el portavoz
del Kremlin, Dmitri Peskov: "Necesitamos mantener la presión
sobre el enemigo".
En este contexto, Moscú, como reveló Politico, citando al
servicio de inteligencia estadounidense, está desplegando una
vez más en el campo de batalla a miles de soldados mercenarios
pertenecientes al Grupo Wagner de Yevgeny Prigozhin: "Un grupo
vinculado a la Guardia Nacional ya está en Ucrania y está
sufriendo pérdidas. Dos más operan bajo el mando de la
inteligencia militar, mientras que un cuarto grupo se está
reorganizando en Africa". (ANSA).
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Rusos avanzan en el este, para Kiev todo empeora
Nueva lluvia de ataques. Zelensky: "Envíen armas inmediatamente"