(ANSA) - ROMA, 24 MAR - La sombra de los crímenes de guerra
se extiende una vez más en Ucrania tras el mandato de arresto
contra el presidente Vladimir Putin por las deportaciones de
niños a Rusia y, esta vez, es la ONU la que acusa a ambas partes
por decenas de ejecuciones sumarias.
"Estamos profundamente preocupados por la ejecución sumaria
de 25 prisioneros de guerra rusos y de personas fuera de
combate", y por "15 prisioneros de guerra ucranianos", afirmó
Matilda Bogner, jefa de la misión de monitoreo de Derechos
Humanos de la ONU.
Desde Kiev, la réplica fue confiada al defensor cívico
Dmytro Lubinets, que rechaza las imputaciones y pide "conocer
los hechos y los argumentos indiscutibles sobre los cuales se
basan las conclusiones de la misión".
Pero las acusaciones de la ONU narran la atrocidad de una
invasión que no da tregua, de hecho: si China decide armar a
Moscú "prolongaría el conflicto y ciertamente extendería la
guerra potencialmente no solamente a la región, sino a nivel
global", fue la advertencia lanzada a Pekín por el jefe del
Pentágono, Lloyd Austin.
Moscú, por su parte, no piensa en algún retiro, y amenaza
con llegar a Kiev y Leópolis si es necesario; palabras del
halcón Dmitri Medvedev.
Según Bogner, la ONU está en conocimiento de cinco
investigaciones conducidas por Kiev que involucran 22 víctimas
de ejecuciones sumarias, pero "no estamos en conocimiento de
algún procedimiento contra los autores" de estos crímenes.
En lo referente a las ejecuciones de 15 prisioneros de
guerra ucranianos "poco después de su captura" por parte de las
fuerzas armadas rusas, 11 de ellos fueron perpetradas por el
grupo paramilitar ruso Wagner, agregó la funcionaria.
Desde el comienzo de la invasión, la misión ONU en Ucrania
documentó 621 casos de desaparición forzada y detención ilegal
de civiles por parte de las fuerzas armadas rusas, mientras son
91 los episodios análogos cometidos por los ucranianos.
La denuncia de la ONU muestra el rostro de una guerra que no
conoce reglas, mientras aumentan las tensiones internacionales
entre un Occidente que refuerza su apoyo a Kiev y el Kremlin que
amenaza con represalias.
Como en el caso de la provisión de armas con uranio
empobrecido anunciada por Londres: significaría "abrir la caja
de Pandora", fue el comentario de Medvedev, vuelto a reiterar
las intenciones de Moscú de defender la Crimea ocupada con
"cualquier tipo de arma".
Empero, no obstante las tensiones, según el expresidente,
Rusia no busca una confrontación directa con la OTAN, y quiere
resolver la guerra "pacíficamente mediante negociaciones", que
se perciben lejanas.
La atención está ahora puesta en el plan de paz de China
que, en tanto, acusa a Estados Unidos de "echar leña al fuego" y
"obstaculizar" los esfuerzos para llegar a los coloquios.
Sin embargo, el interés occidental, o al menos europeo, por
la propuesta existe: lo confirman los anuncios de las próximas
visitas a Pekín de Alto representante de la Política Exterior
UE, Jospe Borrell, de la presidenta de la Comisión Europea,
Ursula von der Leyen, y del presidente francés, Emmanuel Macron.
Y antes, incluso el que se reunirá con Xi Jinping en China
será el premier español, Pedro Sánchez, la próxima semana.
Si de una parte la propuesta china parece ser ya la base
para trabajar en una solución mediata del conflicto, Kiev varias
veces insistió en que diversos puntos del plan están muy lejanos
de la paz imaginada por los ucranianos, mientras crece la espera
por una conversación telefónica entre Zelensky y Xi.
Según el consejero presidencial Mikhailo Podolyak, la
llamada está prevista, pero existen algunas "dificultades" en
organizarla. Pekín, en cambio, dijo que, por el momento, "no
tiene nada para compartir" al respecto.
Al mismo tiempo continua la lluvia de bombas sobre toda
Ucrania, mientras sube la alarma de Kiev para la central de
Zaporiyia: "Luego de la baja del agua de la cuenca hídrica de
Kakhovka, figura el riesgo de un desperfecto de los sistemas de
enfriamiento", y "esto podría significar un posible escenario
Fukushima en medio del continente europeo", opinó el ministro de
Protección Ambiental y Recursos Naturales de Ucrania, Ruslan
Strilets.
La sangre continúa corriendo en el país, donde en la última
jornada al menos 10 civiles fueron asesinados y 20 heridos a
causa de los bombardeos rusos en diferentes áreas, entre ellos,
cinco muertos por un ataque a un refugio de civiles en
Kostiantynivka, en el Donetsk.
En la noche, las fuerzas rusas agredieron con drones el área
de Kryvyi Rih,
ciudad natal de Zelensky. Y prosigue el asedio ruso para
conquistar la ciudad símbolo de Bakhmut, donde cerca de 10.000
civiles, muchos de ellos ancianos y con discapacidades, viven
dentro y alrededor del asentamiento en "condiciones
desastrosas", según el Comité Internacional de la Cruz Roja.
(ANSA).
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ONU acusa Moscú y Kiev de ejecuciones sumarias
"Si China arma a Putin será la guerra mundial", advierte EEUU.