Unión Europea

Parlamento europeo aprueba casas verdes

El espacio de centroderecha votó en contra

Redazione Ansa

(ANSA) - ESTRASBURGO 14 MAR - Con una clara pero no muy amplia mayoría llegó el primer sí de la Eurocámara a uno de los pilares de la política medioambiental de la Unión Europea, la directiva la directiva de las casas "verdes".
    La disposición que, de aquí a los próximos años, impondrá la rehabilitación de los edificios más intensivos en energía y contaminantes del Viejo Continente, obtuvo el visto bueno del Pleno con 343 votos a favor, 216 en contra y 78 abstenciones. Se trata de una victoria para los partidos de centroizquierda y los verdes.
    "La directiva es un ataque a nuestro país, la batalla no terminó aquí", advirtieron los partidos de la coalición de derecha italiana, Hermanos de Italia, Forza Italia y la Liga.
    El centroderecha, en las horas previas a la votación, había jugado con la idea de un rechazo sensacional.
    Pero tras el naufragio temporal del cese a los coches contaminantes a partir de 2035, el eje que sustentó a la mayoría resistió.
    Los socialistas, los verdes, la izquierda, la gran mayoría de los liberales (se abstuvieron los dos representantes del Tercer Polo) y un tercio del PPE votaron a favor de la directiva.
    Entre los populares salió una votación dividida, entre a favor, en contra y abstenciones. "El PE está desgarrado y la mayoría es débil", afirmó el eurodiputado Massimiliano Salini tras la votación.
    Por ahora, la "revolución verde" en los hogares europeos solo ganó la primera batalla.
    El texto pasará ahora a las negociaciones entre las instituciones de la Unión Europea, antes de volver al pleno para la aprobación definitiva.
    La impresión es que, a pesar del sector automotriz, las trincheras de los capitales escépticos esta vez son más pequeñas y sin el apoyo de Berlín.
    Pero la posibilidad de una nueva minoría de bloqueo, a la que también mira Italia, no se puede descartar de ninguna manera.
    La directiva sale de la Eurocámara parcialmente modificada y con posibilidad de concesiones financieras por parte de la Unión Europea.
    El texto establece que los edificios residenciales deberán alcanzar, como mínimo, la clase de eficiencia energética E en 2030 y D en 2033.
    Para tener en cuenta la diversidad del parque inmobiliario de los 27, cada Estado miembro deberá identificar el 15% de los edificios menos eficientes de su parque nacional (según Ance, en Italia, 1,8 millones de edificios), y asignarles la clase de eficiencia energética G.
    Se actuará de forma prioritaria y las intervenciones se realizarán en el momento de la entrada de un nuevo inquilino, o en el momento de la venta o reforma del edificio.
    Sin embargo, hay excepciones, que pueden incluir el 22% del total de edificios de cada país miembro.
    Y las excepciones se refieren a monumentos, edificios protegidos en virtud de su particular valor arquitectónico o histórico, casas de vacaciones (formalmente, habitadas menos de 4 meses al año), iglesias y lugares de culto.
    Pero ni siquiera el sistema de excepciones sirvió para rebajar el atrincheramiento del espacio de centroderecha.
    "La directiva es insatisfactoria, también lucharemos en el diálogo tripartido por el interés nacional", subrayó el ministro de Medio Ambiente y Seguridad Energética, Gilberto Pichetto.
    Así, confirmó que, en los temas ambientales, la brecha entre Roma y Bruselas es actualmente insalvable.
    En ese sentido, para la Liga "la UE mete las manos en los bolsillos de los italianos", mientras que para el líder del grupo en la Cámara de Hermanos de Italia, Tommaso Foti, el texto es "inaceptable".
    "Sin fondos de la UE, es peor que uno patrimonial", comentó Maurizio Lupi de Noi Moderati.
    Por el sí votó el frente del PD-M5S.
    "El texto es equilibrado, las polémicas de la derecha caen al vacío", manifestó el jefe de la delegación del Partido Democrático en el Parlamento Europeo, Brando Benifei. (ANSA).
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