(ANSA) - WASHINGTON, 10 MAR - La Unión Europea y Estados
Unidos intentaron hoy superar las tensiones provocadas por el
plan de incentivos lanzado por el mandatario estadounidense, Joe
Biden, para atraer inversiones de su país, al renovar la alianza
contra Rusia y al encontrar un nuevo contrincante común: China.
En su primera visita a la Casa Blanca desde noviembre de
2021, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der
Leyen, transmitió a Biden la buena voluntad de Europa de
colaborar con Washington para reducir la dependencia de Pekín y
limitar las exportaciones de productos tecnológicos.
Biden, por su parte, le prometió a la dirigente de la UE que
sus incentivos no penalizarán a las empresas europeas.
Con la guerra en Ucrania aún en su apogeo, la visita de Von
der Leyen fue la oportunidad perfecta para que la administración
estadounidense calmara a sus socios europeos sobre la irritación
causada por la Inflation reduction act, la medida de más de 375
mil millones de dólares que otorga mega subsidios a las empresas
estadounidenses involucradas en la transición energética.
"Queremos encontrar puntos en común y maximizar la
realización de proyectos, para que cada uno de nosotros pueda
construir su propia base industrial", aseguró un funcionario de
la Casa Blanca pocas horas después de la reunión.
Así nuevo régimen de ayuda estatal para la tecnología verde,
recién lanzado por Bruselas, no puede entrar en conflicto con el
plan de Biden.
Para asegurarse de que las empresas europeas también puedan
beneficiarse de los subsidios estadounidenses, el presidente
estadounidense y Von der Leyen comenzaron a trabajar en un
acuerdo comercial sobre minerales críticos, esenciales para la
producción de baterías para vehículos eléctricos.
De llegar a un acuerdo, Washington y Bruselas obtendrían
un doble resultado: por un lado, el uso de minerales europeos
críticos permitiría a las empresas de Europa aprovechar los
incentivos estadounidenses, por otro, la dependencia de China,
rica en esos minerales, se reduciría.
Y ese fue el otro punto central de las conversaciones entre
Biden y la presidenta de la Comisión Europea.
En cuanto a las relaciones con Pekín, "hay un alineamiento
total entre Estados Unidos y la UE", aseguró un funcionario de
la Casa Blanca.
Una "convergencia" de posiciones que se ha producido sobre
todo en el último año, a pesar de que aún existen diferencias en
las relaciones, sobre todo, desde el punto de vista económico.
Como prueba de que la UE también quiere liberarse
gradualmente de Pekín, Von der Leyen llevó al Despacho Oval la
decisión de Holanda, inmediatamente después de la de Japón, de
bloquear la exportación de tecnologías para la producción de
microchips hacia China.
Una victoria para Biden que llevaba meses intentando
convencer a los aliados para que dieran ese paso decisivo.
Para Washington, Pekín no representa una amenaza para
Occidente sólo desde el punto de vista económico.
Según trascendidos, el presidente estadounidense está listo
para compartir información de inteligencia con Bruselas que
demuestra que China está lista para suministrar armas a Rusia en
su guerra contra Ucrania.
En tanto, para reafirmar la fuerza de la unidad
transatlántica ante la agresión del presidente ruso Vladimir
Putin en Kiev, Von der Leyen y Biden pretenden lanzar nuevas
sanciones no solo contra Moscú, sino también contra "terceros
países", expresión con la que la administración estadounidense
se refiere habitualmente a Pekín.
También sobre la mesa están los esfuerzos conjuntos para
reducir la dependencia de Europa del gas natural ruso y mitigar
los efectos del conflicto de Ucrania sobre la crisis energética.
(ANSA).
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Von der Leyen-Biden, nuevo pacto en clave anti-china
Minerales a tecnología, pactos para reducir influencia de Pekín