(ANSA) - BRUSELAS, 02 FEB - Un puñado de segundos y una
votación a mano alzada, prácticamente unánime, bastaron en la
Eurocámara para revocar la inmunidad de Andrea Cozzolino y Marc
Tarabella.
El primero, italiano, el segundo, belga, ambos exponentes
socialistas y ambos ahora corren el riesgo de terminar en la red
de los investigadores belgas.
Y fueron ellos quienes pidieron la revocación de la
inmunidad de los dos eurodiputados que -esta es la sospecha del
juez Michael Claise que coordina las indagaciones- podrían estar
comprometidos en el llamado Qatargate.
Cozzolino y Tarabella se dijeron siempre extraños a los
hechos y, ya antes de que el Parlamento UE examinase el caso,
estuvieron en disponibilidad de hablar con los investigadores.
El exponente socialista belga lo reiteró con un gesto
simbólico: se presentó en forma personal en el aula y votó
contra sí mismo, o bien en favor de la revocación de la
inmunidad.
Cozzolino esperó en su casa, en Nápoles, el desenlace
descontado del voto en la Eurocámara.
La Comisión Juri (Justicia) el martes pasado dio luz verde
por unanimidad a la
ponencia de Manon Aubry (copresidente del grupo de las
izquierdas) que proponía la revocación de las garantías
parlamentarias.
El plenario no modificó la decisión. Se votó por aclamación,
visto que ninguno de los europarlamentarios pidió el conteo al
presidente de turno de la Asamblea.
Tarabella salió pocos minutos después del aula y no se
sustrajo a los periodistas y explicó como, ahora, podrá
responder a "las acusaciones de la prensa".
"La tentación de responder fue fuerte, sobre todo porque soy
inocente, pero no me expresé todavía y no lo haré siquiera hoy
para reservar la primer parte de mis explicaciones al juez. En
cualquier caso, sepan que no tengo nada que reprocharme",
subrayó el eurodiputado valón de origen versiliano.
La reacción de Cozzolino fue diferente. La Eurocámara, para
él, de hecho, abdicó de su rol al dar el OK a la revocación "en
tiempo récord y con un íter meramente burocrático, sin ninguna
discusión sobre temas y sobre interrogantes puestos en comisión
acerca de la matriz y la naturaleza de la investigación",
aseveró en una nota redactada por sus abogados.
En el texto se remarca que el Qatargate se presenta como
"una iniciativa judicial que nace de la opaca actividad de
inteligencia de los servicios secretos, sobre todo no europeos".
Y es recordado que la inmunidad parlamentaria "no es un
derecho personal y disponible del diputado sino una prerrogativa
que tutela el Parlamento y su función".
Ahora, el balón está en el campo de los investigadores, a
los que la presidencia del Parlamento Europeo inmediatamente
notificó la luz verde de la revocación ejecutiva.
Compete a la justicia belga -con la hipótesis del
involucramiento de la fiscalía de Nápoles en lo referido a
Cozzolino- convocar a los dos eurodiputados o comenzar nuevas
averiguaciones sobre ellos. Con un anexo. Según los primeros
interrogatorios de Antonio Panzeri sería la posición de
Tarabella la que está particularmente en riesgo.
Pero no es en absoluto excluido que el fundador de la ONG
Fight Impunity, tras el pacto acordado por los investigadores,
días pasados no haya nuevamente hablado.
De las autoridades belgas, por ahora, no se filtró nada. Eva
Kaili, Francesco Giorgi y Niccoló Figá-Talamanca, entre tanto,
permanecen en la cárcel. Por la eurodiputada griega una nueva
apelación es esperada en un par de semanas. El caso Qatargate no
está cerrado. (ANSA).
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Cozzolino y Tarabella perdieron la inmunidad
El turno ahora de los investigadores.