(ANSA) - ROMA, 14 APR - Irán e Israel, aliados bajo el
régimen del Sha, tomaron caminos separados después de la
revolución islámica de 1979, que convirtió a Teherán en uno de
los enemigos jurados del Estado judío hasta el ataque con
aviones no tripulados y misiles en la noche del sábado.
Dos años después de la creación de Israel, Irán fue el
segundo país musulmán, después de Turquía, en reconocer el nuevo
Estado en 1950.
En aquel momento, Irán albergaba a la mayor comunidad judía
de Medio Oriente, mientras que Israel tenía una importante
misión diplomática en el país musulmán e importaba desde allí el
40% de sus necesidades de petróleo a cambio de armas, tecnología
y productos agrícolas.
Savak, la policía política iraní, también fue creada en 1957
con la ayuda de la CIA estadounidense y luego del Mossad
israelí.
El punto de inflexión se produjo en 1979: con el
establecimiento de la República Islámica, Irán puso fin a todas
las relaciones oficiales y dejó de reconocer a Israel.
Sin embargo, se mantienen vínculos comerciales informales. Y
durante la guerra Irán-Irak (1980-1988), Israel entregó misiles
a Teherán, operación que formaba parte del llamado "Irangate",
la venta de armas estadounidenses a Irán destinada a obtener la
liberación de los rehenes estadounidenses detenidos en Líbano.
En la década de 1980, la enemistad entre ambos países se
trasladó al Líbano tras la invasión israelí de 1982: La Guardia
Revolucionaria -el ejército ideológico de la República Islámica-
contribuyeron a crear Hezbolá, un movimiento chiita en el sur
del Líbano que participa en la lucha armada contra Israel.
Mientras tanto, la República Islámica se armó y en 1998
anunció que había probado por primera vez el misil tierra-tierra
Chahab-3, con un alcance de 1.300 kilómetros, capaz de llegar a
Israel.
Con la elección de Mahmoud Ahmadinejad en 2005, las
tensiones se dispararon: el presidente iraní ultraconservador
amenazó con la desaparición de Israel y calificó el Holocausto
de "mito".
Ese mismo año, Irán reanudó sus actividades de
enriquecimiento de uranio. Solo diez años después, el acuerdo
JCPOA (Plan de Acción Integral Conjunto) con las principales
potencias internacionales intentaría poner freno a las
aspiraciones atómicas de Irán.
Una intención que fracasó en 2018 con la decisión de los
Estados Unidos de Donald Trump, apoyados por Israel, de
retirarse del acuerdo.
Mientras tanto, las tensiones continúan y afectan el
escenario de la guerra en Siria, donde Israel ve con malos ojos
la intervención de Hezbolá y su patrocinador iraní en apoyo al
régimen de Bashar al-Assad, y lleva a cabo cientos de ataques
contra el país.
Mientras tanto, el Estado judío se movió en la región y en
noviembre de 2017 Benjamin Netanyahu desveló una cooperación
"fructífera" y "secreta" con los países árabes en un contexto de
preocupación por la creciente influencia de Irán en Medio
Oriente.
En septiembre de 2020, los Emiratos y Bahréin, aliados de
Arabia Saudita que comparten la animosidad de Israel hacia Irán,
firmaron acuerdos de normalización con los israelíes.
Los años siguientes fueron hechos de guerra "híbrida" y por
poderes con ataques, sabotajes, sanciones y amenazas que nunca
contemplaron una confrontación directa.
Un crescendo hasta el 1 de abril de 2024, cuando un ataque
israelí golpeó el consulado iraní en Damasco y mató a 16
personas, incluidos dos generales Pasdaran. La noche del sábado
la respuesta iraní, con el ataque sin precedentes al territorio
del Estado judío. (ANSA).
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De aliados a enemigos, ruptura con la revolución
Irán-Israel unidos bajo el Sha,luego enemigos jurados desde 1979