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Contaminación crítica en el valle del Po

Datos del servicio europeo de vigilancia atmosférica Copernicus

El bello entorno del Po. Umbral crítico de contaminación, según una estudio europeo

Redazione Ansa

(ANSA) - ROMA, por Benedetta Bianco - Desde enero de 2024, el valle del Po ya ha visto superado en numerosas ocasiones el umbral crítico fijado para la contaminación atmosférica, lo que genera serias preocupaciones para la salud de sus residentes.
    Los datos provienen del Servicio Europeo de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus, conocido como Cams, que monitorea y pronostica la calidad del aire a escala global y regional combinando observaciones satelitales e in situ de contaminantes atmosféricos clave.
    Lamentablemente, la región se enfrenta a un desafío medioambiental persistente, ya que supera periódicamente los límites de concentración media anual de partículas finas, las llamadas PM10 y PM2,5, establecidos por la Organización Mundial de la Salud.
    El valle del Po es una región densamente poblada y altamente industrializada, lo que provoca la emisión de grandes cantidades de contaminantes a la atmósfera.
    Su geografía y sus características meteorológicas agravan el problema: de hecho, está rodeada por los Alpes al norte y los Apeninos al sur, lo que crea un microclima que a menudo atrapa contaminantes, especialmente en determinadas condiciones meteorológicas como las inversiones de temperatura, es decir, cuando el aire caliente sobresale del aire frío, situación inusual que actúa como la tapa de una olla.
    Los meses de invierno son los que se caracterizan por la peor calidad del aire, con altas concentraciones de PM10 y PM2,5 que pueden provocar enfermedades cardiovasculares, respiratorias y alergias.
    Por lo tanto, es esencial controlar los niveles de contaminación. A este fin, a los satélites Copernicus se sumará próximamente la misión europea EarthCare, creada por la Agencia Espacial Europea con la contribución de la agencia espacial japonesa Jaxa.
    EarthCare, cuyo lanzamiento está previsto para mayo, se dedica al estudio de las nubes y su papel en la determinación del clima y también ayudará a mejorar nuestra comprensión de la dinámica de la contaminación del aire.
    El satélite está equipado con cuatro instrumentos diferentes y es la más compleja de las misiones de la ESA dedicadas a la observación de la Tierra. (ANSA).
   

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