(ANSA) - ESTRASBURGO 10 MAY - "Sobre los migrantes, Giorgia
Meloni es injusta, deshumana e ineficaz", a un puñado de días
del tacle del ministro Gerald Darmanin, Francia vuelve al ataque
contra el gobierno italiano y actualiza la batalla entre Roma y
París sobre la inmigración.
Esta vez, contexto y forma de la incursión son diferentes.
A hacerse vocero, desde las columnas de Le Figaro, fue Stéphane
Séjourné, jefe del Partido Renaissance y lugarteniente de
Emmanuel Macron en Europa.
Del fidelísimo del presidente francés llegó una estocada
sobre todo política. Directa a Roma pero, más en general, a
todas las derechas, dentro y fuera de los confines transalpinos.
Y política fue la replica de Meloni: "No es ideal usarnos
para ajustar sus cuentas internas, pero cada uno hace las
elecciones que quiere hacer", replicó la presidenta del Consejo.
Y bien con la aproximación de las Europeas el riesgo es que lo
de la inmigración no sea más una materia relegada a la política
interna.
Séjourné, en la Eurocámara, es jefe de los liberales de
Renew que, luego del voto de 2024, podrían ser la aguja de la
balanza para la formación de una mayoría en Estrasburgo.
Sobre todo si el diálogo entre el PPE y las derechas lleva a
una alianza verdadera. El objetivo de Renew es romper el
nacimiento de la colaboración, volviéndose un engranaje
imprescindible de un renovado eje pro-europeísta entre Populares
y Socialistas europeos.
Luego, cierto es, existen los aspecto internos. La Liga está
en el gobierno italiano y, al mismo tiempo, es la principal
aliada en Europa del adversario número uno de Macron, Marine Le
Pen.
"La extrema derecha francesa tomo como modelo a la extrema
derecha italiana. Se debe denunciar su incompetencia y su
impotencia. Meloni hace tanta demagogia en el tema de la
inmigración clandestina", explicó Séjourné.
"No existe un problema bilateral con Francia. Evidentemente
tienen un problema de consenso interno. No me quiero meter,
comprendo las dificultades", respondió Meloni luego de haber
consolidado en Praga el eje con el premier checo, Petr Fiala,
otra ficha de la derecha europea.
Y si Meloni no faltó en subrayar la falta "de modales" que
se registra más allá de los Alpes, el ministro para Asuntos UE,
Raffaele Fitto, definió a Séjourné como "otra víctima" del
nerviosismo francés.
Mientras Matteo Salvini decidió una vez más tener alto el
nivel del choque: "Son tonos inaceptables y ofensivos. Francia
no puede dar lecciones a nadie", recalcó el vicepremier.
Pero el tema no terminó aquí. En la misma jornada en la que
París volvió a la trinchera sobre migrantes, La España del
socialista Pedro Sánchez, próximo presidente de turno de la UE y
no lejano a una campaña electoral cuesta arriba, eligió apuntar
a un adversario diferente, el del bienestar.
La vicepremier Yolanda Díaz, luchadora líder del neo partido
Sumar, en un debate parlamentario subrayó que, con el último
decreto, "Meloni mostró que quiere gobernar contra los
trabajadores y trabajadoras", para "volver" al modelo de los
"contratos basura".
También en este caso política interna y europea se
sobreponen. "Las italianas son políticas de éxito, Díaz no tiene
pudor", replicó el líder de los ultraconservadores de Vox,
Santiago Abascal.
Mientras desde Roma intervino el canciller Antonio Tajani:
"Molesta que la vicepremier española interfiera en la vida
política italiana dando juicios inaceptables sobre las
decisiones de gobierno. Las dificultades electorales de su
partido no justifican ofensas a un socio y aliado europeo. No es
este el modo de colaborar", tuiteó el titular de la Farnesina.
Entre tanto, en Estrasburgo, la Comisión UE, por voz de
Janusz Wojciechowski,
reiteraba que la reforma de Dublín no prevé alguna
externalización de las solicitudes de asilo como en cambio,
decidió Dinamarca y como quiere la derecha europea.
Fue el único dato de importancia de un debate en el Aula
todo centrado en la choque entre S&d, Verdes e Izquierda, por un
lado, y el ECR y soberanistas por el otro.
Con el PPE en vilo entre el cambio de la derecha y el
mantenimiento del estatus quo. Y con un Pacto de migración y
asilo que, hasta el momento, está en la mesa de los 27 (lo
discutirán los embajadores el viernes) pero que con el pasar del
tiempo se muestra siempre más rehén de la gran partida de las
Europeas. (ANSA).
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