(ANSA) - SANTIAGO DE CHILE, 30 APR - Los obispos de Chile y
Perú expresaron su dolor ante la situación que se vive en la
frontera de ambos países donde miles de personas -especialmente
venezolanos- se encuentran detenidos por la prohibición de
cruzar el paso limítrofe.
"Nos duele la reacción de los connaturales que han tomado
una postura totalmente adversa al extranjero. Todos estamos de
acuerdo que el fenómeno migratorio debe ser regulado por las
autoridades pertinentes, pero regular no es sinónimo de prohibir
o considerar a dichas personas como un mal para la sociedad",
expresaron los obispos en una declaración conjunta.
También lamentaron y rechazaron "los actos de violencia
perpetrados por algunos migrantes, que han dado origen a que la
ciudadanía, rechace a los que se ven obligados a buscar mejores
condiciones de vida".
Pero con relación a las personas que se encuentran
intentando cruzar las fronteras de los dos países, afirmaron que
"son personas que buscan un lugar donde tengan oportunidades de
construir una vida digna. Ya fueron vulnerados y expulsados de
sus respectivas naciones. Por este motivo reconocemos y
agradecemos los esfuerzos y servicios que se están realizando
por parte de las autoridades constituidas e instituciones de la
sociedad civil".
Añadieron que "como Iglesia Católica, no solo estamos
presentes en momentos de emergencia, sino que día a día
caminamos con ellos y buscamos acogerlos e integrarlos en la
sociedad".
Consciente de que "lo que se está viviendo entre la frontera
de Perú y Chile es fruto de decisiones políticas", clamaron por
un "auténtico y sincero ejercicio de corresponsabilidad por
parte de la comunidad internacional, por parte de las
autoridades nacionales y regionales".
Apuntaron a que militarizar la frontera o declarar en
emergencia la zona de acceso "son medidas coercitivas que
reclaman soluciones más ponderadas y justas".
Por último, frente a los enfrentamientos que se han vivido
en la frontera, "pedimos una vez más, que se busque el diálogo
sincero entre todas las partes involucradas para que las
personas vulnerables, familias con niños y niñas, personas
mayores y desproveídas de recursos no sean los que tengan que
pagar las decisiones que no fueron consideradas en toda su
amplitud".
"Los obispos de frontera invitamos encarecidamente a las
autoridades para que con la ayuda de Dios se encuentren las vías
de solución a este problema y así no tengamos que lamentar
víctimas a causa de la violencia que se está suscitando. Hay que
insistir que, la solución a todo problema social solo será
posible si se reconoce y respeta la dignidad de cada persona,
pues este es un valor irrenunciable que no puede estar en juego
a la hora de solucionar los problemas", concluyeron. (ANSA).
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Obispos piden no estimar a migrantes como un mal
Y expresaron que regular la migración no es sinónimo de prohibir