(ANSA) - ROMA, 04 APR - Después de la ralentización de la
producción debido a la pandemia de Covid, es el fuerte terremoto
en Taiwán el que recuerda a la tecnología cuán inestable se ha
vuelto la industria de los chips, el corazón ahora de todo lo
que hacemos.
"Si la interrupción en la producción en Taiwan Semiconductor
Manufacturing Co tendrá un impacto y en qué medida, tendremos
que verlo en las próximas semanas, cuando se confirmen o
pospongan los pedidos. TSMC tiene el 70% de la producción
mundial", explica a ANSA Paolo Trucco, profesor de Gestión de
Riesgos Industriales en la Escuela de Gestión del Politécnico de
Milán.
Después del terremoto, el gigante mundial de los chips
detuvo la producción durante algunas horas como precaución,
luego hoy anunció que más del 70% de sus equipos volvió a estar
operativo.
"Los procesos de producción de chips son muy delicados,
requieren una 'sala limpia' - enfatiza el experto - un entorno
mucho más estéril que un quirófano, es el contexto
tecnológicamente más avanzado donde se certifican contactos y
soldaduras del tamaño de una centésima parte de un cabello
humano. Es difícil que no hayan recibido algún impacto de un
evento sísmico", explica el experto.
Para Trucco, si el terremoto tuviera un reflejo en la
producción de chips, "el suministro se orientará hacia los
clientes más rentables, como la electrónica de consumo y los
teléfonos inteligentes, mientras que podrían sufrir el sector de
electrodomésticos y automóviles, aunque después del Covid este
último se ha protegido con existencias".
"Primero la pandemia y luego el terremoto en Taiwán
impulsando hacia un cambio tecnológico significativo para los
microprocesadores, que llevará a varias grandes empresas
tecnológicas a ensamblar internamente los chips según su propio
diseño", destaca Trucco.
"Se está expandiendo la tecnología que permitirá la compra
de módulos, como Legos, cada uno con su propia especialización
funcional que será ensamblado por las empresas, dando lugar a
los 'chiplet'. Las grandes empresas de alta tecnología como
Nvidia e Intel ya se están preparando para ello".
Esto, agrega, "llevará a una mayor independencia de gigantes
como TSMC, a un aumento de la flexibilidad y la capacidad de
producción. También representa una oportunidad para Europa de
implementar una estrategia de resiliencia en el sector".
Y, concluye Trucco, "si miramos los objetivos del Chips Act
de la UE, será más fácil traer la producción de chiplets a
Italia que grandes instalaciones como las taiwanesas". (ANSA).
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La industria del chip en riesgo tras el sismo
La isla produce el 70% de la oferta global.