Economía

Carne vacuna, más barata en Brasil que en Argentina

Efectos de la inflación, estudio comparativo. Cae el consumo

Redazione Ansa

(ANSA) - BUENOS AIRES 11 FEB - La sabrosa y reputada carne vacuna argentina tiene precio cada vez más prohibitivos para los ciudadanos de ese país y es hasta 12% más cara que lo que se paga en Brasil por ese producto, un dato inédito, aunque sigue siendo más barata que en Chile y Uruguay.
    Los bifes argentinos, el lomo o la tira de asado, tras aclamados y buscados por los turistas y producto de la verdes llanuras donde pastan los vacunos locales, alcanzaron precios siderales con la inflación que golpea al país y se ha derrumbado su consumo Ahora, una comparación del precio promedio de 8 cortes en la primera semana de febrero, luego del aumento del 27,3% que tuvieron durante enero los precios cárnicos en la Argentina, entrega datos reveladores.
    Un informe de la Fundación Mediterránea, con la colaboración de la Sociedad Rural del Noreste Santiagueño, determinó que la carne vacuna de la Argentina sigue siendo una de las más baratas de la región, pero a raíz de los fuertes aumentos recientes ya es más cara que en Brasil.
    Todo esto, en un momento donde el producto está inmerso en una corrección de valores de mercado, luego de un 2022 donde creció un 42%, menos de la mitad de la inflación, que fue del 94,7 por ciento.
    El relevamiento para comparar los precios de la carne en cada país se hizo en tiendas online durante la tercera semana de enero y la primera de febrero, que es cuando se presentó la fuerte actualización de precios en el mercado argentino.
    En las últimas dos semanas los precios de la carne de res subieron alrededor de un 30% en Argentina. La población, conocida internacionalmente por el alto consumo de carne y por los asados de fin de semana, tuvo que reducir drásticamente el consumo de este alimento.
    Durante el año pasado el consumo no logró recuperarse. Las últimas estadísticas dan cuenta que durante 2022 los argentinos consumieron en promedio poco más de 47 kilos por habitante, el menor registro histórico para el producto y bastante lejos de lo que buscaba el Gobierno tiempo atrás cuando restringió los envíos de carne al exterior ya que esperaba que el consumo se ubicara en más de 50 kilos por habitante. (ANSA).
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