Imagen espectacular de anillos de gas en el Etna

(ANSA) ROMA - Parecen anillos de humo formados por una gigantesca pipa, pero están hechos de gas los que coronan el Etna en las espectaculares imágenes capturadas por la veterana de la astrofotografía Marcella Giulia Pace, de la Unione Astrofili Italiani.
    Dos de sus obras han sido reconocidas por la NASA como astrofotografía del día (Apod).
    La imagen "muestra anillos de gas volcánico que, iluminados por el crepúsculo, adquieren tonos rojizos. En este escenario encantador, también se puede observar una delicada hoz de luna que emerge en el flanco del volcán", dice la astrofotógrafa a ANSA.
    "Esta foto -observa- no solo captura un momento de rara belleza, sino que también es testigo del poder y la magia de la naturaleza, que continúa sorprendiéndonos con sus espectáculos".
    Para la astrofotógrafa, "estos anillos se forman durante la emisión de gas volcánico, expulsados a través de una estrecha grieta en el volcán y, debido a las diferencias de temperatura entre el gas caliente, el aire frío externo y la elevada presión subterránea, pueden crear estos espectaculares anillos de vapor".
    Factores clave en la formación de estos anillos "son la geometría de la boca volcánica, las características del flujo de gas, pero también -dice Pace- las ondas acústicas generadas por las explosiones volcánicas juegan un papel crucial".
    Durante una erupción, explica, "las ondas acústicas producidas por los cambios de presión en el aire pueden interactuar con el gas expulsado, induciendo pulsaciones que estabilizan el vórtice. Esto no solo ayuda a formar los anillos de gas, sino que también contribuye a mantenerlos unidos mientras se alejan de la fuente".
    La foto, continúa la astrofotógrafa, "fue tomada desde Bronte, desde donde en la mañana del 6 de abril, se podía observar el alineamiento de la aparición de la Luna con el volcán. La preparación para esta toma comenzó dos días antes, cuando planifiqué el momento perfecto para capturar tanto los anillos de gas como el surgimiento de la luna".
    Realizarla, prosigue, "fue posible gracias a las condiciones meteorológicas y del viento favorables, pero sobre todo gracias a la constante emisión de anillos de gas del volcán, que continuaba desde hacía una semana".
    "Eso permitió sincronizar perfectamente el momento en que la luna menguante se elevaba, fusionándose visualmente con los anillos volcánicos en una fusión de belleza natural", concluye Marcella Giulia Pace. (ANSA).