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Literatura centroamericana, eco del sin futuro

Salvadoreño Castellanos Moya, en el Festival hispanoamericano escritores La Palma

El escritor salvadoreño Horacio Castellanos Moya en el Festival de La Palma (España)

Redazione Ansa

(ANSA) - LOS LLANOS DE ARIDANE, por Mónica Uriel - Existe una literatura en Centroamérica "que está cruzada por el trauma de la población" ante la cercanía de la muerte que se nota en la forma de ver el mundo con "muy poco sentido de futuro", dijo en entrevista a ANSA el escritor salvadoreño Horacio Castellanos Moya.
    La cercanía de la muerte, apunta, "te marca, te hiere, y te produce heridas que son difíciles de cerrar, sobre todo porque son muertes no naturales sino que responden al asesinato, al genocidio y a los encarcelamientos fuera de la ley. Queda un trauma".
    Hay "una literatura en Centroamérica que está cruzada por este trauma de la población. No se expresa como una denuncia, pero se nota en la forma de visualizar el mundo con muy poco sentido de futuro, porque la violencia y la falta de institucionalidad te hacen perder de vista el futuro porque vives para sobrevivir", añade.
    En su última novela, "El hombre amansado" (2022), "no hay nada de violencia, pero si buscas la encontrarás, como un componente de personalidad, de trauma", afirma Castellanos Moya, quien participa esta semana en el V Festival hispanoamericano de escritores (FHE), que se celebra en Los Llanos de Aridane (La Palma, Canarias), dedicado este año a Centroamérica.
    El autor de "Moronga" apunta que en El Salvador "precisamente porque no hay sentido del futuro se hacen valoraciones solo a partir del corto plazo".
    Así como en Nicaragua "el régimen de poder está basado en la dictadura militar, en El Salvador el régimen de poder está basado en el terror que impone la fuerza militar, no una persona, y cuando se vaya el que está ahora quedará el ejército ejerciendo ese poder".
    Señala que "la misma gente que apoyaba las medidas contra las maras (del gobierno de Nayib Bukele) se da cuenta ahora de que metieron a su hijo preso por ser sindicalista, ambientalista o periodista".
    Así, "volvemos al mismo punto de partida, es decir, el régimen de terror no termina, y ahora son los militares, no son las maras".
    Añade que "no importa el régimen, cada uno que llega roba mas. Y este no es diferente. Si no roba para él, sus amigos se despachan con la cuchara grande".
    El único optimismo lo ve en el hecho de que "el ser humano todavía tiene energías para sobrevivir y para buscar una mejor vida".
    Cuando "tienes un pueblo que se ha sometido por décadas al hambre y a la miseria, lo que busca es sobrevivir, lo que quieren es irse a Estados Unidos. Esa fuerza de sobrevivencia es lo que permite que los países sigan existiendo, no el talento de sus élites, que deja mucho que desear".
    El fenómeno cultural más importante de los últimos 30 años "no tiene que ver con los regímenes políticos, sino con la decisión de las grandes mayorías de población de irse, forzada por las condiciones de vida, aunque no haya una persecución directa sobre tu persona", afirma Castellanos, residente en Iowa (Estados Unidos) y cuya "condición natural ha sido vivir en el exilio". (ANSA).
   

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