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Dolce & Gabbana, sensualidad íntima

Encajes y transparencias, negro y sastrería en pasarela de Milán

Redazione Ansa

(ANSA) La corsetería es la que atrae la sensualidad de las mujeres de Dolce & Gabbana, que vuelven a hacer lo que mejor saben hacer, con un desfile casi todo en negro, donde los encajes y las transparencias se protegen con sastrería, chaquetas y abrigos con un corte perfecto.
    Sujetadores, bragas, medias con costura y enaguas de tul priman en la nueva colección.
    S trata de un desfile que, por un lado, recuerda la famosa pasarela de 1992, inspirada en "Belle de jour" e interpretada por supermodelos como Cindy Crawford y Claudia Schiffer. Por otro, sugiere ciertas imágenes en blanco y negro de Helmut Newton, pero que sobre todo habla códigos ya definidos de la feminidad de Dolce & Gabbana, hoy interpretados por Kim Kardashian, invitada del desfile y protagonista de la nueva campaña S/S de la marca, celebrada hoy con una cena de gala en el Palazzo Reale.
    Kardashian también había sido la "curadora" de la última colección del dúo, haciendo una selección de sus piezas favoritas entre 1987 y 2007.
    "La experiencia con Kim -cuentan los dos estilistas- nos ayudó a mirar atrás, a hacer un análisis de nuestro recorrido, de hecho, incluso esta temporada hay un 15-20% de cosas de archivo, a las que llegamos espontáneamente, como el vestido largo rojo que llevó Marpessa en el '92", similar al que lleva en la pasarela de hoy, 21 años más tarde, la curvilínea Ashley Graham.
    Porque la sensualidad hoy pasa sobre todo por "amarse, por estar seguros de la propia fisicidad", sostienen.
    Así, dicen, la que está en la pasarela del Metropol es "una mujer muy segura de sí misma, una femenina más adulta, porque el punto de referencia es la experiencia vivida, no puede ser la quinceañera".
    "Todos hemos caído en la trampa de 'lo joven es cool', pero si no tienes experiencia -advierten Dolce & Gabbana- no puedes dar consejos".
    La referencia es al poder arrollador de las redes sociales y sus protagonistas, a los que los dos diseñadores fueron de los primeros en dar crédito.
    Pero hoy "queremos autoridad, la moda -subrayan- no es un juego, necesitamos volver a entenderla".
    "Debe ser manejada por personas que tengan experiencia, porque queremos imágenes bellas en la pasarela: en los últimos años, con las redes sociales, la historia de las imágenes se ha vuelto extrema, todo debe ser siempre extraño y complicado, pero a la larga te cansas de este extremismo forzado", afirman.
    Así, "como después de una gran borrachera, lo que apetece es sólo un vaso de agua fresca", han decidido "resetear y depurar, reiniciar desde los códigos de la indumentaria atemporal, volver a la sensualidad, la elegancia y el equilibrio".
    Todo ello siempre con ese cierto atrevimiento que forma parte del lenguaje de la marca y que hoy se expresa en vestidos de encaje, tul y gasa que perfilan las formas y acarician el cuerpo, revelado por las transparencias.
    Y luego está el nuevo traje pantalón de tul, los bodies y bustiers, la chaqueta bolero y la panza a la vista, las medias-guantes y los sobretodos, el overol cruzado y las larguísimas pieles ecológicas, más abrigos de lentejuelas y de cuero dorado.
    Una sensualidad custodiada por abrigos con enormes cuellos y puños de piel, que en ocasiones especiales estallan en destellos de cristales y cuellos de plumas para culminar en un triunfo de rojo pasión.
    Porque "ser sexy está bien, pero es coquetería; la sensualidad -esa es la lección de Dolce & Gabbana hoy- va más allá de la banalidad". (ANSA).
   

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