(ANSA) - ROMA 10 ABR - La amenaza de la gripe aviar se está
extendiendo a la Antártida, después de que en febrero de este
año se detectara por primera vez su presencia en el continente,
lo que provocó la suspensión o cancelación de varios proyectos
de investigación en curso.
La confirmación proviene de la primera expedición realizada
en marzo con con el objetivo de evaluar el impacto y la
propagación del virus, que encontró numerosas víctimas,
especialmente entre las skúas, aves bastante agresivas parecidas
a las gaviotas, y que puso de relieve el peligro que corren los
pingüinos.
En la investigación internacional, liderada por la
Universidad de la Federación Australiana, participaron ocho
investigadores, entre ellos el italiano Matteo Iervolino, del
Centro Médico Erasmus de Rotterdam, Países Bajos.
De hecho, la preocupación por las poblaciones antárticas
está aumentando: varias especies ya están clasificadas como
amenazadas o en peligro crítico, y la elevada mortalidad podría
pasar desapercibida debido a la limitada accesibilidad y a la
dificultad de un seguimiento regular.
La expedición se concentró en la zona noroeste de la
Antártida, donde ya habían llegado informes de enfermedades y
aumento de la mortalidad entre los animales.
Los investigadores dirigidos por Meagan Dewar recogieron
muestras de individuos sanos y enfermos, de cadáveres y heces,
así como muestras de agua y aire, para evaluar la propagación de
la cepa H5N1 del virus y su presencia en el medio ambiente.
"Gracias a las medidas de precaución tomadas - afirma
Iervolino a ANSA - fue posible proceder de forma totalmente
segura tanto para el equipo involucrado como para la fauna
local".
Especialmente para la ocasión se instaló en el barco un
laboratorio de diagnóstico compacto que permitió a los
investigadores analizar muestras de forma rápida y directa sin
tener que enviarlas a otros laboratorios.
"El punto fuerte de la expedición fue precisamente el hecho
de poder analizar las muestras recogidas en poco tiempo,
disponiendo de un laboratorio de diagnóstico directamente a
bordo del barco", comenta el investigador italiano.
"Por lo que sabemos, es la primera vez que esto es posible
en la Antártida, y creo que es una gran ventaja, también para
futuros seguimientos, obtener resultados más rápidos y también
hacer más eficiente el muestreo en sí", agrega.
Los animales más afectados son las skúas.
"En Beak Island identificamos 46 individuos muertos y de
los 10 muestreados todos dieron positivo al virus. Esto es
ciertamente problemático - afirma Matteo Iervolino - ya que las
skúas también viven en estrecho contacto con diferentes especies
de pingüinos".
Pero también se ha constatado una mortalidad inusualmente
alta en algunas colonias de pingüinos Adelia, las más extendidas
en las costas del continente antártico.
"En la isla Heroína encontramos alrededor de 550 pingüinos
Adelia muertos, de los cuales 170 eran adultos, lo cual es
sospechoso dado que la mortalidad en adultos normalmente es muy
baja. Sin embargo, la identificación del virus en el campo en
estas muestras no fue concluyente y será necesario realizar
estudios más profundos en el laboratorio. En cualquier caso -
concluye Iervolino - también están en riesgo, al igual que otras
especies de pingüinos que ya han dado positivo, pero también los
mamíferos y otros animales del continente". (ANSA).
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La amenaza de la gripe aviar llega a Antártida
Los pingüinos están en peligro, afirma investigador italiano