(ANSA) - AUCKLAND, 4 FEB - Los ministros de Comercio de 12
países del Pacífico Asiático firmaron hoy en Nueva Zelanda un
acuerdo de libre comercio (Transpacífico, TPP), que dijeron
aumentará en un modo significativo el comercio en el área. Empero, para que el pacto adquiera efectivamente fuerza, cada
país ahora debe ratificarlo mediante su proceso de política
interna. Y aún resta una cuestión abierta que es si Estados Unidos,
políticamente dividido, aceptará el entendimiento. El acuerdo concierne a una región responsable de un tercio de
todo el comercio mundial, aunque tenga la pesada ausencia de
China, que lleva adelante sus propios pactos comerciales. Sus sostenedores dicen que el TPP aumentará el comercio y lo
hará más igualitario, eliminando la mayor parte de las tarifas y
otros límites. Sus detractores afirman, en cambio, que
erosionará la soberanía nacional y dará mucho más poder a las
empresas estadounidenses. A más de Estados Unidos, el acuerdo fue firmado por Nueva
Zelanda, Japón, Canadá, México, Australia, Malasia, Singapur,
Perú, Chile, Vietnam y Brunei. En Washington, el presidente norteamericano Barack Obama
saludó la firma del acuerdo TPP, fuertemente impulsado por la
Casa Blanca, subrayando que este permite a Estados Unidos
escribir las reglas para el camino del siglo 21, cosa
particularmente importante en una región dinámica como la del
Asia Pacífico. El TPP comenzó a negociarse hace cinco años y las mayores
críticas apuntan al secretismo de las cláusulas de un texto de
más de 6.000 páginas que no ha sido conocido en su totalidad. Apuntan, además, que en su ratificación por parte de los
Parlamentos -durante el primer semestre de este año- los
legisladores no podrán hacer modificaciones.
Los puntos más controversiales son los derechos de patentes
médicas y derechos de propiedad intelectual y agrícola. En Perú,
Chile y México han alertado por la exclusividad de ocho años
para los medicamentos de última generación, lo que impedirá la
producción de genéricos, por lo que proyectan un aumento de
costos en la salud.
Los defensores del ambicioso acuerdo, alcanzado el 4 de
octubre pasado, señalan que se incrementarán las exportaciones
beneficiadas por las rebajas arancelarias, lo que atraerá
mayores inversiones.
Sin embargo, un Premio Nóbel de Economía, el estadounidense
Josep Stglitz, advirtió que los países latinoamericanos verán
disminuida su capacidad de aplicar reformas sobre todo en áreas
de la salud y medioambiente.
La directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS),
Margaret Chan, expresó a su vez que "si estos acuerdos abren el
comercio, pero cierran la puerta a medicamentos asequibles,
tenemos que plantear la pregunta: es esto realmente un avance?". A Auckland, Nueva Zelanda, viajaron la ministra de Comercio
Exterior y Turismo de Perú, Magali Silva; el canciller chileno
Heraldo Muñoz y el secretario mexicano de Economía, Ildefonso
Guajardo, en la representación latinoamericana involucrada en el
tratado.
En los tres países latinoamericanos ha habido manifestaciones
ciudadanas en contra de la iniciativa -que es más que un tratado
de comercio, dicen- y han llamado a los parlamentos a que no lo
ratifiquen.
Argumentan que "el TPP es el acuerdo comercial más peligroso
que se haya firmado en la historia porque amenaza la soberanía
nacional, el acceso a los medicamentos, al Internet, a una
alimentación saludable y a un medioambiente limpio". La secretaría de Economía de México observó que el Ejecutivo
mexicano presentará el TPP a consideración del Senado "para su
valoración y en su caso su ratificación". El canciller chileno, Heraldo Muñoz, reiteró hoy desde
Auckland que el TPP "es un acuerdo equilibrado que resguarda
nuestras vulnerabilidades y al mismo tiempo representa una
oportunidad para generar más prosperidad y empleos". Insistió que "este acuerdo va a permitir que más de 1.600
nuevos productos entren a los mercado de los países que
conforman el TPP".
Además, indicó, "se podrá generar economías de escalas y
cadenas globales de valor que, creo, serán importantes para
nuestro país, además de sortear los obstáculos sanitarios y
fitosanitarios que muchas veces impiden que los acuerdos
comerciales puedan implementarse en plenitud". En el Congreso chileno no hay una postura común y el senador
de la oposición de derecha, Hernán Larraín, expresó que aunque
el TPP va en la línea correcta de la apertura comercial,
"también hay que ponerse a estudiar la letra chica y tenemos que
ser cuidadosos con la forma en que los tratados internacionales
que afecta a la propiedad intelectual va a ser incorporada a
Chile". Más enfrentado, el senador del oficialista Movimiento Amplio
Socialista criticó el tratado y sostuvo que "va en contra" del
progresismo en la región. "El TPP es sólo un esfuerzo de Estados Unidos de poder aislar
un fuerte levantamiento del progresismo en América Latina. Yo
espero que haya varios votos en contra, por lo menos para tener
un testimonio, de que no es coherente en materia de patentes
farmacéuticas", manifestó el chileno.
MBA-ADG/ACZ
04/02/2016 15:12
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