Por Ernesto Pérez
(ANSA) - ROMA, 30 DIC - Una lista con 123 pinturas italianas
de los siglos XIV/XVIII, robadas por los nazis y secuestradas
por las tropas soviéticas que ocuparon Berlín al final de la
segunda guerra mundial, fue presentada en estos días en el Museo
de Arte Antiguo de Palacio Barberini, en Roma. Se trata de obras provenientes de distintos museos, no sólo
de Italia sino de otros países ocupados por los nazis, que
Hitler pensaba incorporar a su proyectado Museo del Arte Europeo
en su ciudad natal, Linz, y que nunca llegó a concretarse. La lista presentada en Palacio Barberini fue confeccionada
por la directora de la sección de arte italiano del Museo
Pushkin de Moscú, Victoria Markova, sobre un tesoro escondido en
una torre que comprendía casi 500 cuadros más de pintores de
otros países.
La esperanza de recuperar estas obras para sus legítimos
propietarios es mínima ya que en 1999 el parlamento ruso las
declaró patrimonio nacional como resarcimiento por los
cuantiosos perjuicios causados por la Alemania nazi durante la
segunda guerra mundial.
A esto agréguese que la misma Markova, una de las mayores
expertas de arte italiano ha tenido problemas en identificar
algunas de las obras, llegadas a la torre con solo el número del
tren en el que habían sido transportadas hasta Moscú. Solo cinco de estas obras estaban destinadas al Hitlerzentrum
de Linz y las demás habían llegado a Berlín sin una orden
precisa de los jerarcas nazis (Goering, Goebels, Himmler, al
igual que Hitler, planeaban armarse con ellas una colección
personal). Algunas de estas obras, las más famosas, fueron repatriadas a
Italia gracias a los desvelos de un ministro, Rodolfo Siviero,
que empero dejó al morir una lista de 2.356 objetos de arte que
nunca fueron recuperados y que seguramente cayeron en manos
privadas durante el desorden del final de la guerra.
Entre los cuadros más significativos de la lista presentada
en Roma, se cuentan dos de de Pablo Veronés, una Magdalena y una
Lamentación ante el Cristo muerto, un "tond" de la Virgen María
y el Niño Jesús de Garófalo (Benvenuto Tisi) y una Venus y
Adonis de Tintoretto (Jacopo Robusti) más varios de autores
menores pero no inferiores en calidad como Bicci di Lorenzo,
Pordenone (Giovan Antonio De Sacchis), Sassoferrato (Giovanni
Battista Salvi), Spinello Aretino, Paris Bordone y Francesco
Solimena. Pero no todo está perdido si se piensa que recientemente
reaparecieron (y fueron devueltos a Palacio Barberini) cuatro de
los muchos cuadros que se decían destruidos en el incendio de la
suntuosa embajada italiana en Berlín (uno fue encontrado incluso
en Hartford, en el estado norteamericano del Connecticut). Y peor que a Italia le ha ido a Polonia que aun espera
recuperar 63 mil objetos de arte aunque recientemente reavivó
las esperanzas el hallazgo y la devolución de un busto de mármol
de la diosa Diana del escultor dieciochesco francés Jean-Antoine
Houdon, que hoy vale 250 mil euros y que los nazis se habían
llevado del palacio Lazienki de Varsovia. Victoria Markova reveló que el hallazgo tardío de las 600
obras llevadas a Moscú por el ejército soviético se debió a que
las autoridades ocultaron el botín para evitar reclamos y recién
después de la resolución parlamentaria de 1999 se decidieron a
reconocer. "Los cuadros estaban en una torre a la que se accedía con un
permiso especial que era librado a regañadientes solo a
directores de museos o colecciones -recordó Markova- y cuando
finalmente pude entrar en el depósito me encontré con un piso
lleno de cuadros y otro repleto de esculturas". "Catalogarlos, atribuir autorías y remontarse a los legítimos
propietarios me llevó muchos años pero el trabajo quedó
terminado en 2012 pero no lo pude publicar por la oposición de
la histórica directora general del Pushkin, Irina Antonova, que
finalmente se pudo superar cuando esta falleció hace poco a los
91 años", completó la mujer.
PN-ADG/ACZ
30/12/2015 17:31
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