ATENAS, 2 (ANSA) - El "corralito" bancario en Grecia está
teniendo un profundo impacto en la economía del país, con miles
de personas en fila ante los cajeros automáticos y muchas
empresas incapacitadas de trabajar en condiciones.
Y es que numerosas compañías se niegan a aceptar tarjetas de
crédito en cuanto sus proveedores exigen el pago en efectivo, al
temer los efectos de una quiebra. Incluso las gasolineras enfrentan faltas de carburante, ya
que muchos de sus dueños no son capaces de pagar online a los
proveedores y los automovilistas se agolpan para llenar sus
tanques de gasolina. Para tratar de resolver estos problemas, el
ministerio de Economía, Infraestructuras, Transporte y Turismo
anunció que los dueños de gasolineras podrán efectuar
transacciones online para pagar sus suministros. En tanto, la cadena de supermercados alemana Lidl desmintió
los rumores según los cuales habría dejado de aceptar tarjetas
de crédito, explicando que se trató solo de una suspensión
temporal a causa de un problema técnico. El turismo también está sufriendo consecuencias: numerosas
han sido las cancelaciones ante la inminente temporada estival. El presidente de la Federación nacional hotelera, Yannis
Retsos, indicó que los tour operadores estadounidenses se niegan
a efectuar los pagos debidos a los hoteles griegos, sosteniendo
que el dinero será confiscado por el Fondo Monetario
Internacional (FMI) tras la decisión de Atenas de no rembolsar
la deuda de 1.600 millones de euros. El FMI desmintió, por su parte, las afirmaciones de Retsos,
explicando que el hecho de que Grecia no haya cumplido con el
pago de la deuda esto no influye sobre las transacciones
privadas.
Y8K/ACZ
02/07/2015 16:56
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