Por Maurizio Salvi
NUEVA DELHI y KATMANDU, 27 (ANSA) - La ausencia casi total de
réplicas del terremoto que devastó Nepal el pasado sábado es la
única buena noticia al término de la tercera jornada de
emergencia por la tragedia, mientras la policía informó que los
muertos son más de 4.000 y los heridos 7.500.
La cifra de víctimas mortales es enorme pero los socorristas
y las organizaciones humanitarias la consideran sólo provisoria,
destinada lamentablemente a aumentar. El sacerdote Pius Perumana, director de Caritas de Nepal, lo
dio a entender hoy al afirmar que "considerando el número de los
distritos afectados, las víctimas pueden fácilmente llegar a
6.000". En tanto, los niños en peligro y sin techo son estimados en
millones. Para UNICEF, son un millón los pequeños que necesitan
asistencia. También a un millón llegan para el ministerio del Interior
las personas que quedaron con sus casas destruidas o gravemente
dañadas. El gobierno, frente a la enorme cantidad de problemas a
afrontar, trata de reaccionar pero tiene medios escasos y sigue
haciendo llamados a la comunidad internacional, que respondió de
inmediato pero se le pide que haga mucho más. India, China, Francia, Estados Unidos y España son algunos de
los países que han enviado a Nepal expertos, productos de
primera necesidad y medios, incluidas unidades de cinofilia para
localizar a eventuales sobrevivientes debajo de los escombros. Hoy toda esa movilización solamente permitió salvar a una
única persona, una mujer extraída con vida de las ruinas de un
edificio de la capital. Por su parte, Italia -tras el anuncio del aporte de 300.000
euros para elementos de primera necesidad- dispuso hoy la
partida desde la base de la ONU en Dubai de un vuelo de la
Cooperación italiana con bienes por valor de 100 mil euros. Cerca del Everest, dos helicópteros piloteados por dos
italianos llevaron al valle desde los campos bases a varios
alpinistas y algunos cadáveres. Frente a las exigencias tremendas por la gente que acampa al
aire libre, en plazas, jardines y zonas rurales, los socorristas
parecen impotentes. Existe escasez de agua, alimentos, tiendas, mantas, medicinas
y personal especializado médico y paramédico capaz de intervenir
para resolver problemas de los heridos que yacen dentro y fuera
de hospitales, sin recibir, aún hoy, ayuda. El temor es que las condiciones higiénicas alarmantes de
estos cientos de miles de personas puedan causar, tarde o
temprano, epidemias que se difundan rápidamente atacando a los
más débiles: niños y ancianos. El ministerio de Defensa anunció que el 90% de los 100.000
hombres que integran las fuerzas armadas fue movilizado y
trabaja en Katmandú, en las ciudades satélites y en la región de
Gorkha, cercano al epicentro del sismo, en el Valle de Langtang
y en la zona de los campos base del Everest.
Es en esas zonas, donde por ahora los socorristas están
totalmente ausentes, que de a poco se tendrá una real dimensión
de la tragedia nepalesa.
SAL-MAC/ACZ
27/04/2015 21:45
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