Por Aurora Bergamini
PARIS, 24 (ANSA) - Juliette Gréco, musa de los
existencialistas y leyenda de la "chanson francaise", a los
88 años decidió retirarse de la escena con una última serie de
conciertos que la llevarán durante un año por medio mundo. Esta noche, Gréco abre el Festival du Printemps de
Bourges, en el centro de Francia. Y luego seguirá por el resto
de Francia, pero también Italia, Bélgica, Canadá, Alemania,
Israel. "Voy a los países que me recibieron para decir gracias",
explicó la "jolie môme" de Saint-Germain-des-Prés, siempre
diminuta y de cabellos negros, con la mirada despierta
de siempre. La gira se llama precisamente "Merci" y, según asegura, "es
la última". "No hay que asombrarse: cumpliré 89 años en febrero. Tomé
la decisión de dejar por dignidad, cortesía y amor. Insistir no
está bien. Se le perdona a un hombre ser viejo, no a una mujer.
prefiero irme antes de que la gente me mire con tristeza",
explicó la cantante. Estos conciertos serán la ocasión para recorrer un poco
todo su repertorio: desde los más recientes de su último álbum,
"Ca se traverse et c'est beau", a los históricos, como
"Deshabillez moi", "C'est beau" y "Les amants d'un jour",
pasando por viejas canciones como "Si tu m'imagines". "Mi carrera comenzó hace 65 años: es una larga vida de
trabajo -se asombra-. Y pensar que creía que moriría joven". "Desde que soy pequeña soy consciente de que moriré -agregó
la musa existencialista- y es el equipaje más liviano que he
tenido en mi vida. Es por eso que no hago más proyectos.
El drama de avanzar en la edad y ver a los otros que
se van". "No tendré ningún remordimiento cuando muera, he vivido
tantas vidas. Lo que me da más miedo es el Alzheimer. Creo que
es sano poner fin a mi carrera. Pero es muy doloroso. La noche
lo pienso, y lo vuelvo a pensar", explicó. Gréco recordó la amistad con Jean-Paul Sartre (que escribió
para ella "La Rue des Blancs-Manteaux"), Serge Gainsbourg ("La
Javanaise"), Boris Vian y Simone de Beauvoir.
Pero también Jacques Brel, Léo Ferré, Georges Brassens,
Barbara: "Extraño a todas estas personas. Hoy faltan la poesía y
la escritura", lamentó. Están también las historias de amor con el pianista
Gerard Jouannest, que es su actual marido, el tercero después de
los actores Philippe Lemaire y Michel Piccoli, y su larga
relación con Miles Davis.
En paralelo desarrolló su carrera, desde el primer disco -"Je
suis comme je suis", en 1951- hasta el concierto de 1954 en el
Olimpia, que la llevó a su consagración internacional. Desde entonces la intérprete de los grandes letristas
y poetas franceses del siglo XX, como Raymond Queneau ("Si tu
t'imagines") y Jacques Prevert ("Les feuilles mortes"), pasó a
ser una estrella de cine y sobre todo un símbolo de Francia. "Francia va y viene -admitió Gréco-. Es una mujer
extremadamente frívola, muy bella, culta y mágica, pero
totalmente imprevisible: siempre se puede esperar un cambio de
improviso". Y concluye: "Tuve los mejores profesores del mundo, me reuní
con los más grandes músicos, pintores, poetas, escritores. Soy
la sierva de estos señores, es un honor pero también es difícil.
Y es maravilloso ser una intérprete".
GDC/MRZ
24/04/2015 19:45
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