Por Ernesto Pérez
BERGAMO, 12 (ANSA)- Jacopo Negretti, más conocido con el
nombre de Palma el Viejo, recibe por primera vez en 500 años el
honor de una retrospectiva de su obra, a pesar de haber sido en
vida uno de los más grandes maestros del Renacimiento veneciano. La exposición será inaugurada oficialmente el 13 de marzo en
el museo de la Academia de Carrara, en Bérgamo.
Famoso en su época por sus "Conversaciones sacras", donde la
Virgen María y el Niño Jesús dialogan con varios santos en medio
de paisajes sublimes, pero sobre todo por retratos femeninos de
exquisita belleza y opulencia de formas, Jacopo Palma -nacido
en Serina en 1480 y fallecido en Venecia en 1528- fue uno de
los más famosos pintores de un siglo rico de artistas como
Tiziano, Giorgione y Sebastiano del Piombo. Pero al revés de estos pintores, cuya gloria no ha conocido
ocaso, Palma el Viejo fue poco a poco dejado de lado y será esta
exposición, abierta hasta el 21 de junio, la que con sus 30
obras llegadas desde los museos más importantes del mundo
haga justicia a la fama de un verdadero mago del
color y la belleza. La muestra curada por Giovanni C.F. Villa, recibió apoyo
de la Fundación del Crédito Bergamasco para la restauración
especial de algunas obras, como el Retablo de la Presentación
de María en el Templo, que yacía arruinado en una iglesia del
pueblo natal del artista, Serina, cerca de Bérgamo. Incluso se reinventó para la muestra el lujoso marco de la
obra, que se había perdido. Es curioso que, con nueve monografías monumentales escritas
sobre el artista en el último siglo y medio, no se haya pensado
nunca en dedicarle una exposición, si bien en los últimos años
otros artistas del período y del lugar -como Cima da Conegliano
y Lorenzo Lotto, también olvidados o poco frecuentados-
tuvieron las suyas. Incluso los museos que prestaron sus cuadros para esta
exposición, como el Louvre de París, la National Gallery de
Londres, las Gemäldegalerie de Berlín y Dresde, el Hermitage
de San Petersburgo, el Kunsthistorisches de Viena y el Thyssen-
Bornemisza de Madrid, los tenían en gran parte relegados en los
depósitos. Los expertos coinciden en afirmar que es la misma obra del
artista la que lo expulsa de la memoria de los siglos venideros:
son pinturas de carácter sacro, esparcidas en pocas iglesias, a
menudo de difícil acceso, en Venecia y alrededores, retratos
de desconocidos que no garantizaban su visibilidad. Pero sobre todo fueron sus retratos femeninos de
formas y cabelleras opulentas, que daban un toque erótico y
prohibido -y que para muchos representaban a famosas prostitutas
y favoritas- los que no ayudaron ciertamente a su popularidad en
los siglos posteriores, impregnados del puritanismo surgido del
Concilio de Trento. Pero bastarán la "Bella" del Thyssen-Bornemisza, la
"Dama del abanico" de Viena, la "Tañidora de laúd" de la
colección del Duque de Northumberland, el "Políptico" de Serina
o el "Encuentro entre Jacobo y Raquel" de Dresde, con sus dos
metros y medio de ancho contra 1,46 de alto, para encandilar al
afortunado turista que se acerque a la poco frecuentada pero
bellísima Bérgamo. Y quien no tenga esta suerte, le bastará comprar el catálogo
publicado por Skira, "Palma el Viejo: La mirada de la Belleza"
(que es también el primer catálogo completo de su obra) para
admirar por primera vez en cinco siglos la pintura de un
artista, grande y absoluto del Renacimiento.
PN/ACZ
12/03/2015 18:05
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