Por Michele Monni
RAMALA, 30 (ANSA) - El centro médico palestino Razan de
Ramalá, especializado en inseminaciones in vitro, ofrece sus
servicios a clientas especiales, las mujeres de los detenidos
palestinos que cumplen largas penas de detención en las
cárceles israelíes. El último caso reportado por la prensa es el de una joven
de Hebron que afirma haber dado a luz a un bebé utilizando el
esperma de su marido tras sacarlo a escondidas de la
prisión israelí de Ketziot (Neghev).
"El primer pedido de este tipo", reveló a ANSA Salem Abu
Khaizaran, el director del centro, "nos llegó en 2003 de parte
de una joven esposa de Jenin. Inmediatamente nos pusimos en
marcha para obtener la aprobación de las autoridades
religiosas y de los partidos". El consentimiento político y la "fatwa" (veredicto coránico)
llegaron en un tiempo breve, pero Abu Khaizaran la sociedad
palestina aún no estaba lista. "A través de encuentros con las comunidades locales buscamos
explicar el mecanismo de la inseminación artificial para evitar
-explicó- posibles malentendidos debidos a la vista de una mujer
embarazada con su marido detenido desde hace años". En los países de mayoría musulmana la inseminación artificial
es práctica común desde los años 80. Finalmente en agosto de 2012 la mujer de Jenin, Dalal
al-Zabin, dio a luz a Mohammed, el primer hijo de un detenido
palestino nacido mediante inseminación in vitro. Desde entonces,
con el mismo proceso, nacieron -según los anuncios de los
medios- al menos 22 niños, en tanto se están cursando
siete embarazos. El problema es llevar a cabo el "operativo" desde la cárcel.
Israel no permite visitas conyugales a los detenidos que cumplen
penas de detención por graves hechos de sangre. Los coloquios entre marido y mujer se realizan a través
de la barrera de una pared divisoria de vidrio: sin embargo, las
autoridades carcelarias permiten breves encuentros entre los
detenidos y sus hijos más pequeños, y al parecer es así como
se consigue pasar el semen. "En estos últimos años recibí muestras de esperma en todo
tipo de contenedor: desde el frasquito de colirio a la lapicera
Bic oculta en una barrita de chocolate, incluyendo un pedacito
de guante de goma oculto en un dátil", contó el director. "La muestra -explicó- casi siempre es utilizable. Para la
fecundación basta una quincena de espermatozoides". El costo de
la inseminación in vitro para parejas comunes en el centro Rezan
cuesta 3.000 dólares, pero para las esposas de los detenidos
rige una tarifa especial de 200 euros (para el material
médico y los medicamentos). La cuestión de los prisioneros es un tema central en la
sociedad palestina. La Autoridad Nacional Palestina (ANP)
sostiene económicamente a sus familias, por ser
"combatientes por la causa nacional". Según las estimaciones, hay unos 5.000 cumpliendo una larga
detención. Si la esposa de un recluso decide esperar más de 20
años para reunirse con su marido -se indica- corre el riesgo
de no ser más fértil: por lo tanto, con tal de tener hijos,
su pareja podría decidir casarse con una mujer más joven. Por lo tanto, según Abu Khaizaran, dar la posibilidad a las
mujeres jóvenes de tener hijos en estas condiciones es un
"imperativo moral". Según la ley palestina, una mujer puede divorciarse y volver
a casarse si su marido está ausente más de tres años: pero pocas
lo hacen, sobre todo por el estatuto de héroe que alcanza el
detenido. Abandonarlo significaría traicionar la causa.
XBU-YY6/ACZ
30/10/2014 18:59
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