SANTIAGO DE CHILE, 28 (ANSA)- Alrededor de 76,5 millones de
niños que viven en el mundo desarrollado se encuentran por
debajo del umbral de la pobreza desde la crisis de 2008, de los
que 2,5 millones pertenece a los 41 países más ricos del
planeta.
Así lo reveló hoy Innocenti, el Centro de Investigaciones del
Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), ubicado en
Florencia (Italia), en una nueva publicación de la serie de
estudios Report Card denominado "Los niños de la recesión,
consecuencias de la crisis económica sobre el bienestar de la
infancia en los países ricos". El documento, difundido en diversas orbes, está centrado en
dar cuenta de la estrecha y polifacética relación que existe
entre el impacto de la crisis en las economías nacionales y el
deterioro del bienestar infantil desde 2008. Para el análisis del informe, se consideraron 41 países
miembros de la Unión Europea (UE) y/o de la OCDE. La recolección
de la información fue hecha sobre la base de la disponibilidad
de los datos oficiales de cada país. La pobreza descendió en 18 países, en algunos de ellos
notablemente, como Chile, Australia, Finlandia, Noruega, Polonia
y la República Eslovaca redujeron sus niveles en un 30%
aproximadamente. En 23 de los 41 países analizados, la pobreza infantil
aumentó desde 2008. En Irlanda, Croacia, Letonia, Grecia e
Islandia, las tasas aumentaron en más del 50%. En Grecia, los ingresos medios del hogar para familias con
niños se hundió en 2012 hasta los niveles de 1998, el
equivalente a una pérdida de 14 años de progresos en los
ingresos. Siguiendo la misma medida, Irlanda, Luxemburgo y
España perdieron una década; Islandia, nueve años; e Italia,
Hungría y Portugal, ocho. La crisis ha afectado con especial dureza a las personas de
15 a 24 años, y el número de jóvenes que ni estudian, ni
trabajan ni reciben capacitación ha aumentado alarmantemente en
muchos países. En la Unión Europea, 7,5 millones de jóvenes (una
cifra casi equivalente a la población de Suiza) fueron
considerados dentro de esta categoría en 2013. En los Estados Unidos, donde la pobreza infantil extrema ha
aumentado más en esta crisis que durante la recesión de 1982,
las medidas de protección social dieron un apoyo importante a
las familias pobres, pero fueron menos eficaces para las
personas sin empleo que se encuentran en situación de pobreza
extrema. La pobreza infantil ha aumentado en 34 de los 50
estados desde el inicio de la crisis. En 2012, 24,2 millones de
niños estaban viviendo en la pobreza, un aumento neto 1,7
millones desde 2008. Aunque los primeros programas de estímulo aplicados en
algunos países desarrollados fueron efectivos para proteger a
los niños, la mayoría de estos países cambiaron sus políticas en
2010 y comenzaron a llevar a cabo recortes del presupuesto, con
consecuencias negativas para los niños. Entre las conclusiones del informe, se señala que los
impactos de la crisis económica no afectaron por igual a todos
los grupos sociales de la población; la infancia es la que se
vio más afectada, incluso más que los ancianos. Los efectos en los niños tampoco impactaron de manera
uniforme; fueron los más vulnerables los que más sufrieron las
consecuencias de la crisis, como los más pobres; los
pertenecientes a familias migrantes, monoparentales o numerosas;
o bien sus padres se quedaron desempleados. El informe advierte que muchos de los niños que se vieron
afectados por la crisis sufrirán sus consecuencias de por vida. Entre los factores que más afectaron negativamente la vida de
los niños durante la crisis, fueron el desempleo de los padres y
la disminución en los ingresos medios familiares, lo que limitó
el acceso de los niños a la comida, a la vivienda y a los
servicios básicos como la salud y la educación, sumado a que se
vio mermado el tiempo de atención de sus padres. El estudio también hace recomendaciones para que los Estados
fortalezcan sus estrategias de protección infantil y puedan
hacer frente a futuras crisis económicas, entre ellos trazar
líneas de alerta en base a indicadores de pobreza y bienestar
infantil, que de cruzarse o superarse, se active automáticamente
una respuesta de atención pública. Asimismo, contar con un plan nacional de infancia y
adolescencia que abarque todos los sectores que afectan en su
desarrollo integral (salud, educación, vivienda,
etc.);Garantizar las condiciones sociales mínimas por medio de
la implementación combinada de políticas universales y de
políticas específicas para atender a los niños más
desfavorecidos. Además, aumentar la inversión en políticas y programas de
protección social para contribuir a reducir la pobreza,
fortalecer la resistencia social de los niños ante situaciones
de crisis y promover el desarrollo económico de forma eficiente
y rentable (mejorar la renta básica familiar, promover la
integración de los padres en los mercados económicos y asegurar
la protección de los niños más vulnerables ante situaciones de
exclusión económica y social). (ANSA).
MBA-ADG/MRZ
28/10/2014 22:02
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