Por Giovanna Chirri
CIUDAD DEL VATICANO, 23 (ANSA)- Angelo Giuseppe Roncalli,
-el papa que creó y abrió el Concilio Vaticano II, muerto en
1963- y Karol Wojtyla, -el pontífice de la guerra fría y luego
de la globalización, fallecido en 2005- llegan a la meta de la
proclamación de santidad el mismo día, el próximo domingo,
por voluntad del papa Francisco. Para hacerlos santos juntos, Jorge Mario Bergoglio dispensó a
Roncalli de la certificación del milagro y rechazó con elegancia
los pedidos de algunos ambientes polacos de conceder a Wojtyla
una ceremonia exclusiva. Con esta elección se frena un cierto triunfalismo respecto a
Wojtyla, que aún une a varios sectores católicos, no sólo
polacos, y se valoriza el papel de dos grandes papas del '900 y
su aporte a la vida de la Iglesia y del mundo. Ambos Papas tuvieron un papel universal y fueron punto de
referencia mundial, hecho que habían asumido de modo decidido y
evidente durante sus respectivos pontificados. Como observó el sacerdote Giovanni Salle en la revista
Civilta Cattolica, la canonización de Roncalli llega por otra
parte en un momento importante y significativo para la vida de
la Iglesia, que en estos años recuerda "el 50/o aniversario del
Concilio que él quiso y encaminó".
Bergoglio los canoniza juntos considerando su papel de papas
en la historia del siglo XX precisamente en relación al evento
conciliar. Por otra parte, también las grandes energías de
devoción que ambos ponen en marcha son canalizadas en relación
al Concilio. La sensibilidad del papa latinoamericano, el primer
pontífice contemporáneo que no participó al Vaticano II, hace
prever en tiempos rápidos por otro lado también la beatificación
de Pablo VI. La Evangelii gaudium -exhortación apostólica de Bergoglio,
una suerte de "manifiesto" de su pontificado- hace referencia
explícita a la Evangelii Nuntiandi de Pablo VI, un documento
central para toda la Iglesia. La santidad de los papas leída en relación con el Concilio
mitiga por otra parte las perplejidades de los que nutren dudas
sobre la oportunidad de la canonización del domingo. Uno de los primeros exponentes ilustres de estas dudas fue el
dominicano Yves Congar, quien estima al papa Juan pero que se
opuso al pedido que éste fuese canonizado por aclamación al
final de Concilio.
"Porqué esta canonización de papas por obra de sus
sucesores?", afirmó Congar. "No saldremos nunca de las viejas
costumbres romanas?. Justamente mientras se anuncian cambios se
hacen gestos que no están en línea con ésto?", se interrogó.
CHR-PK/MRZ
23/04/2014 20:51
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